¡Ya son 15 años! ¿Quién nos lo iba a decir…? 15 años de trabajo, ilusión y muy buenos momentos.
Estos 15 años nos han hecho creer, allá queda el momento en que se decidió recuperar el originario Ingurutxo de Iribas, un verano en el que nos juntamos gente de Iribas con el objetivo de aprenderlo y poder bailarlo en fiestas. Gente que nunca habíamos pensado pertenecer a un grupo de danzas pero que poquito a poco descubriríamos que esto era algo que no nos iba a dejar de gustar nunca… Cada día, cada año que pasaba, nuestra ilusión y ganas crecían y fue así como empezamos a aprender nuevas danzas, a participar en concentraciones de danzaris, unirnos a la federación Navarra… a ser un grupo de danzas, Basakaitz. ¡Gracias Miren por habernos animado! ¡Es una suerte tenerte!
Y este fin de semana, fiestas de nuestro pueblo Iribas, había que celebrado por lo grande. Allí nos juntamos los danzaris de Basakaitz y muchos amigos que nos han querido apoyar y acompañar en este momento tan especial.
Un día de nervios y emoción, día en que la adrenalina salía por todos los lados y es que habíamos trabajado mucho para intentar hacer de esto una fiesta muy especial.
Los medios de comunicación habían sido informados (televisión local, radio, diario de noticias), la Federación de Danzas de Navarra también había divulgado nuestro evento, se habían distribuido carteles informativos por el Valle de Larraun, facebook, blog…
La actuación había sido confeccionada con especial mimo, debía ser diferente, debía llegar al público. Queríamos contagiar nuestra emoción a nuestros espectadores, vecinos, amigos… y no cabe duda que lo conseguimos. Fue algo muy especial sentir el apoyo de la gente mientras bailábamos, sus gritos de ánimo, aplausos, barullo y las sonrisas en sus caras.
Pero empecemos por el principio de ese gran día…
Unas fiestas que se precien siempre tienen una comida popular, así que el sábado los vecinos del pueblo disfrutamos de una buena comida en la Sidreria local. Tras la comida, Karlos Zubieta brindó a Basakaitz su especial homenaje. Un video que nos hizo recordar, sonreír y emocionar a todos los integrantes del grupo. Un recorrido por pequeños momentos que hemos vivido juntos…
18:00h Era ya momento de prepararnos, así que invadimos la casa de Auzenea y allí una treintena de danzaris con ropas y accesorios comenzamos nuestro barullo.
El frontón estaba repleto, más que nunca. La gente esperaba con ganas y los músicos a cargo de Aitor Urquiza, el mejor músico con el que se puede contar, comenzaron a tocar…
La actuación pretendía hacer un recorrido por las danzas de Euskal Herria. Así que
abrimos la actuación con un saludo a todos los presentes bailando Gorulari, todos sonrientes brincando. Daba gusto verlos a todos…
Después de este comienzo nos trasladamos a la costa gipuzkoana y las chicas de nuestro grupo, con sus hermosos remos y su gracia natural bailaría Bateleras. Unas buenas remeras sin duda, con mucha fuerza para mover esos pesados remos. Menuda emoción sentimos y es que, este baile es nuevo para nosotras y nos gusta mucho.
Y de pronto, el frontón pasó a convertirse en una herriko taberna, una mesa de madera con unos bancos y una cuadrilla de hombres bebiendo y bailando. ¡Cómo se lo pasan estos hombres! Si es que hasta les da por bailar encima de las mesas… Y el público, a gusto, más de uno se habría unido sin pensárselo…
Un poco de seriedad por favor, que esto es una actuación de aniversario… jejeje así que las mujeres volvieron a mostrar sus habilidades, en esta ocasión bailando con los arcos Uztai dantza.
Pero esto son fiestas de un pueblo, y aquí en nuestro valle… las fiestas tienen música, hay grupos de chicas y de chicos que cruzan miraditas, y bueno… a veces, sólo a veces… alguno se anima a sacar a una chica a bailar… y entonces el resto se animan… y ¡¡ya se ha liado!! Ahí en medio del frontón 3 parejas bailando “el suelto” con una alboka de fondo y el frontón animando. ¡Cómo se os oía! Da gusto bailar con vuestro jaleo…
Pero también en Iribas somos muy elegantes, y nos gusta ponernos guapos y bailar chulicos. Así que con nuestras mejores galas bailamos primero una Jota y después una la Polka de Tudela que suena a “feria” y que tiene una magia especial que hace que las sonrisas no se borren de las caras de los danzaris. ¿Por qué será…?
¿Pero quién llega al frontón? ¿Quiénes son esos? Unos tipos extrañamente vestidos, creo que por la pinta del otro lado de los Pirineos… Sí, de Zuberoa sin duda… Si es que son elegantes, hacen saltitos, puntitas y tijeras… pero también son raros, mira que subirse a un vaso de vino bailando… Pero oye, parece que este baile gusta, y mucho. Menudos gritos de los espectadores Aupa Asier!, Vamos Aitzi! Marian guapa! Juan Lu.. zaldiko! y esa Maite! ¡¡Eso si que fue un subidón!! Gracias, gracias a todos!!!!
Y alguien se preguntará “¿Y estos danzaris de Iribas ya bailan algo local?” Pues sí, este es el momento de jugar y correr con el baile de aulki dantza. Menudas velocidades! Y es que nadie quiere que le pillen y le den un chapada…
Bueno la actuación casi llega a su fin y para terminar que mejor que recordar como empezó toda esta historia en 1997, bailando en la era de Juainea nuestro Ingurutxo de Iribas al son del txistu y el tamboril de Juan Mari Beltrán. Un escenario precioso y un poco de txirimiri que volverán a hacer de ésta una imagen inolvidable.
Fotos, y más fotos. Alegría, nervios, emoción, sentimientos, sonrisas, satisfacción… así fue nuestro día. Un día que no borraremos nunca, un sentimiento difícilmente expresable, del que esperamos haberos podido transmitir un poquito.
Y para el cual hemos contado con apoyo de muchos amigos: danzaris de Oberena, Txori Zuri, Federación, músicos fabulosos y espectadores de lujo…
A todos vosotros os lo queremos agradecer y deciros que también sois parte de Basakaitz. Eskerrik Asko!!!
Ahí estaba Garazi arreando en Uztai-dantza con el arco sin parar hasta partirlo... y el resto de las chicas dándolo todo en la aulki-dantza.
Pero también le pusimos elegancia a la mañana, con nuestras galas y joyas, danzando al ritmo de Ttun ttun y de Polkas..JPG)
Y como colofón nuestro Ingurutxo. Y es que cuando bailamos nuestra danza nos relajamos mucho y eso se nota en las caras.
